"" El Niño hambriento y el Duende del bosque """

Apoyado los pies sobre las aguas de un río ...
lloraba un niño su hambre de un bocadillo,
mientras los peces subían asustados
viendo unos pies, dentro del agua, sucios y fríos.

El niño lloraba sin percatarse que los peces le estaban mirando,
-¿Que le pasará a ese niño que los pies sigue mojando...?
-No lo sé- dijo el Salmón- pero me parece que está llorando...
--¡¡¡Llamar al Pez Volador y que se entere de lo que le está pasando!!!.

-¿Y a quien le pregunto, si yo no hablo como los humanos...?
-Busca al Loro Real que él sabrá preguntárselo..
Y veloz saltó del río el Pez Volador, con aquel encargo
y a lo largo del río buscó al Loro, esperando no ser devorado.

¡¡¡Vaya, vaya con la orden que me han dado....!!!
-¿quien me mandaría saber volar y no ser más
que un pez, que bajando el río...sigue nadando...?
¡¡¡allí está el Loro...él sabrá como preguntarlo...!!!.

El Loro Real sabía que solo uno podía ayudarlo,
era el Duende del bosque...mucho más pequeño que un Lagarto,
pero de bueno e inteligente... como cualquier anciano
y una vez enterado,corrió hacía el niño que seguía llorando.

-¿Que te ha pasado que los pies tienes ablandando ...y
el nivel del río subió con las lágrimas que sobre él, vas dejando?
-Quien eres que apenas te veo pero hablas tan alto...?
-Soy el Duende del Bosque y los peces, para ayudarte,me han llamado.

-¡¡¡No puedes ayudarme buen Duende...déjame llorar callado..!!!
-¡¡¡No te dejaré llorar mientras no me digas que te ha pasado!!!
-Tengo mucha hambre Duende, tanta...que no sé desde cuando...
¡¡¡¿Y por eso lloras...? ¿ acaso tu madre, comida no te ha dado...?

-Somos muy pobres y por eso lloro aquí, ocultando mi llanto...
que si comemos un día..los otros raspamos lo que ha quedado...
-¿Es verdad lo que me estás contando ...seguro ... ?
-Es verdad, Duende, no soy mentiroso, solo que el hambre me está matando.

Mientras el Pez Volador, le traducía a los peces lo que estaba escuchando,
que rodeando sus pies, en silencio, a llorar comenzaron,
¡¡¡Algo tenemos que hacer....llamar al Delfín Blanco...!!!
él sabrá como hacer para que nunca el hambre le haga llorar tanto.

Y llegó el Delfín, con una vieja moneda entre sus labios
que al Duende le dió y este, al niño puso en sus manos
¡¡¡Aquí tienes esta vieja moneda, frótala cuando la comida se halla acabado
y al despertaros, la casa estará llena de comida...durante cien años.. !!!.

Y desde aquél día, nunca más lloró el niño ni los vecinos del barrio,
que repartieron la comida, que al frotar la moneda...iba llegando
y al río volvió para agradecer a los peces por haberlo ayudado,
pero al Duende del Bosque... jamás logró encontrarlo.

" El día que Rober perdió su chupete rojo ... "

Rober tenía un chupete rojo ...rojo
como el culo de un monete,
que chupaba de día hasta que el Sol se metiese
pero un día lo tiró ..y ¿quien se llevó su chupete...?

Las hormigas caminaban con su comida a cuestas
de su cueva a la calle, por la acera desierta
hasta que allí encontraron, tirado sobre la piedra,
un gran chupete rojo, más grande que su cueva.

¡¡¡ Parad todos...!!! esto si que es una sorpresa,
lo llevaremos arrastrado aunque nos cueste agujetas
¡¡¡Es demasiado grande...y no entrará por la puerta...!!!
a mordizcos lo cortaremos pero aquí ... no queda.

- El dueño de este chupete llorará si no lo encuentra...
- Pues así aprenderá que al suelo, no se tira ni una piedra-
y el batallón de hormigas a mordizcos, comenzó su faena
mientras los portadores lo arrastraban camino de la cueva.

Sudaron las pobres hormigas porque la noche venía cerca
y el temor a la lluvia les hizo trabajar con más fuerza
pero poco a poco fueron triturando hasta llevarlo a la cueva
mientras el pobre niño, lloró toda la noche su pena.

Al día siguiente Rober y su abuelo lo buscaron impacientes
pero nadie sabía nada de la sombra del chupete
hasta que una pequeña hormiga le preguntó -¿que quieres...?
-He perdido... bueno ... más bien tiré mi ....

-¿Chupete...? lo encontramos nosotras en la acera de enfrente
y ahora nuestras crías, con sus pedacitos, les clavan los dientes...
-Me alegro-dijo Rober- porque serán muy pequeñas
y yo ya soy grande y muy fuerte ...

Y desde aquel día, Rober no quiso más chupete
mientras las crías de hormigas jugaron hasta le crecerle los dientes
y nunca más tiró a la acera ni un viejo juguete ....
no fuera ha ser que las hormigas lo llevaran para sus nenes.

""" El Salmón y el Gato Blanco """""

Sentado sobre una piedra a las orillas del río
lloraba el viejo Gato Blanco ... lloraba como un niño,
tanto, que el bravo Salmón, que subía de vuelta a donde había nacido
paró junto a él ... pero con miedo a no ser comido.

¿Que haces ahí llorando, viejo Gato, o es que
acaso no lloras y tu llanto es puro teatro ...
para comerme a mí o a uno de mis hermanos
que vamos cansados río arriba y con los Osos esperando?

¡¡¡ Ojalá fuera como tú, un pez fuerte y bravo
que lucha por volver a su casa después de cuatro años...!!!
que ni eso soy... ni casa río arriba me está esperando,
ni casa... río abajo ...que me acoja de criado...

¿ Tan solo estás... para hablar así y llorar tanto...?
yo soy un pez y a morir voy como mis padres lo hicieron antaño
pero soy feliz porque otros peces volverán a intentarlo,
pero tú Gato... de cobardía tu pobre cuerpo se ha llenado ...

¡¡¡ Que estás diciendo, raro pez...¿que vas a morir por intentarlo...?
-Es mi destino Gato ... y así cada cuatro años ....
y me llamo Salmón y soy el Rey de estos ríos helados,
pero no lloro como tú ... ¡¡¡cobarde , viejo Gato Blanco...!!!

Puede que sea cobarde y tu valor me  está asustando ...
¿ puedo hacerte compañía y subir río arriba ... a tu lado?
tal vez aprenda a tener el valor que en la vida no he encontrado..
y me enseñes a vivir con la fuerza que debe tener un Gato Blanco.

¿ Que estás diciendo, insensato..., subir... con los Osos esperando..?
¡¡¡ te matarían de un zarpazo...o te comerían empezando por el rabo!!!
Salmón del río, no me creas tan débil y parvo ...
que por estar triste ... no olvides que soy más fiero que un Leopardo ...

¿Hablas en serio cuando dices que quieres subir a mi lado ...?
¡¡¡Pues claro que sí... y de cobarde no tengo ni el rabo!!!
¡¡¡ anda... échate a un lado o mejor ve por el centro navegando
que yo iré por la esquina y a los Osos iré espantando...!!!

E incrédulo el Salmón de ver lo que hacía el Gato,
subió con más fuerza su camino, tantos años deseado,
mientras que el Gato espantaba a todos los Osos que iba encontrando
con zarpazos a sus ojos o con aullidos del puro diablo.

Y dicen que en aquella travesía a ningún Salmón tocaron,
la fuerza y el valor del gato, a los Osos asustaron,
pero cuando el pobre Salmón con su destino marcado,
allí donde murió ... el Gato se quedó ...parado.

Día y noche permaneció el Gato sin comer, esperando
a que el Salmón recobrase fuerzas para navegar río abajo
pero el Salmón no despertó y su cuerpo en espinas se fue quedando.
y de allí no se movió el Gato, esperando tal vez un milagro.

Y dicen que de tanto esperar, murió el valiente Gato Blanco,
sus restos se unieron y sus cuerpos, río abajo, bajaron,
pero cuando los Salmones... suben, cada cuatro años ...
los Osos no olvidan... la sombra del Pez y el Gato.

Y solo comen salmones ancianos, temiendo que allí,
surja, de algún rincón .. el valor de aquel Gato Blanco
que encontró en un Salmón un amigo..,. y con él,
hasta más allá de la muerte ... permaneció a su lado.