""" El aullido del Gran Lobo...."""

Aquel día se creó una gran alarma en el Pueblo,
los niños encerrados por sus padres, de sus casas no salieron
policías y ciudadanos, pistolas y cuchillos cogieron,
la fiera anda cerca de comer cualquier cuerpo.

Sin embargo, nadie la vio, tan solo sus aullidos en la noche sintieron
que ahogó sus sueños con aullidos de mil perros,
defenderían sus casas, sobre todo a los niños y abuelos
pues solo de un mordisco, separaría el tronco del cuerpo.

Comenzaron a inventar que lo habían visto como un rayo corriendo,
su pelo era negro, mucho más velludo que un oso fiero
y más alto que este, su altura ... de casi.....tres  metros,
pero el rabo era más largo... mucho más que su cuerpo.

Los días pasaban y las historias iban con el miedo creciendo
pero nadie daba una pista de haberlo visto y que fuera cierto,
solo al llegar la noche sus aullidos llegaban del infierno
y los niños tan asustados, no podían conciliar el sueño.

-¿Que podemos hacer ... quien se atreverá a enfrentarse
con semejante fiera ... si es como dicen los que le vieron...?,
un joven dio un paso en esa reunión, en el centro del Pueblo,
-¡¡¡Yo lo traeré...vivo o muerto!!!-dijo el joven Yoshua-si me dais...

-¡¡¡Pide...pide...- dijo el Alcalde- te daremos todo nuestro dinero...
y todo lo que pidas... incluso ser dueño de todo nuestro Pueblo...!!!
¡¡¡Siiii ....siiiii...-respondieron todos los hombres, llenos de miedo
-¡¡¡No quiero vuestras casas ... ni tampoco vuestro dinero.....

...solo quiero que me hagáis una casa, como las del Pueblo,
vivimos como sabéis en una cueva, entre la lluvia y el hielo ...
-¡¡¡No te preocupes...-dijo el Alcalde- hasta en mi sangre te lo prometo,
os haremos una casa con camas y muebles dentro, si matas a quien nos da miedo.

Llegó la noche y esperando a escuchar aquel aullido del infierno...
pronto supieron que era un lobo, aquella fiera que les quitara el sueño,
pero sonaron las campanas de las doce ... y todo seguía en silencio y...
a partir de esa hora... el sonido de una flauta les envolvió en un sueño.

Al día siguiente, Yoshua, reunió a toda la gente, en la Plaza del Pueblo
-Os informo que todo ha pasado y los niños podrán ir al colegio ....
-¿Donde está el cuerpo de ese lobo de tres metros por lo menos...
-¡¡¡Mientras no veamos su cuerpo, los niños no irán al colegio....!!!

-Os equivocáis si pensáis que es el diablo en carne y hueso ...
es tan solo un lobo...si... no mucho más grande que .... un perro
y yo mismo me sorprendí cuando lo encontré durmiendo...
y más, cuando al despertarse me lamió mis manos y mis dedos...

Mientras de su bolsillo, Yoshua, una flauta iba cogiendo
que al hacerla sonar lentamente, los hombres se caían durmiendo,
solo los hombres...ni los niños, ni las mujeres ni tampoco los viejos
-Ahora me creís que con mi flauta puedo dormir al lobo más fiero...?

Cuando se despertaron, sus familias le contaron lo que vieron
-Danos una prueba de que ese lobo no mide tres metros...
-Esta noche a las doce, cuando acaben de sonar las campanas del Pueblo,
abrir las ventanas de vuestras casas y lo veréis, en la plaza durmiendo....

No sonó su aullido otra vez, pero sí las campanas de las doce dieron
y asustados, abrieron sus ventanas, para no creer lo que estaban viendo,
sentado en el centro de la plaza y sobre sus piernas, como un muñeco,
un lobo blanco dormía, como si estuviera su madre, acunando su sueño.

-Salir de vuestras casas, acercaros que no despertará si yo no quiero....
solo tiene hambre, porque habéis dejado el monte hasta sin conejos
y os aseguro que si le dejáis comida por las noches, en silencio,
al acabar las campanadas, la comerá y protegerá vuestro Pueblo.

Y así se hizo, antes de las doce campanadas, dejaron la comida en la Plaza
y al poco vieron llegar un lobo blanco despacio y con mucho miedo,
comió apurado ... temiendo que una bala le diera en el cuerpo
y luego se marchó sin aullar, agradecido .... y sonriendo ...

Y dicen que desde aquel día, cuando por la noche alguien se acerca al Pueblo
el lobo blanco aúlla avisando de la llegada de un nuevo forastero ...
y así supieron que aquel lobo, siempre les protegería, mientras estaban durmiendo
y cada noche a las doce, volvía feliz y sonriendo a comer en la Plaza del Pueblo.

El lamento del viejo Buho en la Luna LLena

Cada noche volaba el viejo Búho, hacia la cima de la Gran Montaña,
sus escaladas, de lo alto que era de tramo en tramo se paraba
dormía de noche cuando su esfuerzo, sus alas paraba
y de día dormía como duermen los búhos cuando el Sol se levanta.

El pobre Búho se agotaba a cada subida sin poder controlar su comida
pero debía llegar a la cima aunque en ello al final, le fuera la vida
y a medida que subía, el frío aumentaba de noche y el Sol quemaba de día
pero al pobre Búho, tanto dolor no eran más que simples cosquillas.

Dolor era no poder ver la tierra a donde su cría se dirigía,
él no podía hacer nada cuando a los Búhos les llega su partida
que era ley de su raza, abandonar algún día a su familia
pero el viejo Búho sentía su marcha y por eso a la cima subía.

Tal vez desde allí lo viese cazar en esa tierra lejana y fría
y si no lo viera, llegada la noche, la luz de sus ojos hacia allí brillarían
esperando que él, al ver el brillo en la cima de la Gran Montaña,
no olvidara que su padre, donde él nació ...allí, esperándolo seguía.

Y lo vieron subir los demás búhos, mientras de él se reían,
-¿Se ha vuelto loco el viejo Búho... desde que su hijo comenzó su partida?
¿y espera que su hijo le vea de noche cuando alcancé la cima...?
-¡¡¡pobre Búho loco, si volando de noche... pretende llegar a la cima...!!!

Más, pasó el tiempo, nacieron nuevos días y del Búho...
jamás se supo hasta donde llegó.... o donde perdió la vida,
porque a la cima no pudo llegar por mucho de volara noche y día,
pues a medida que ibas subiendo...el frío te helaba hasta las rodillas.

Ningún animal pudo jamás alcanzar la cima y menos un búho
que había perdido el sentido de seguir vivo sin su cría...
y hacia las montañas heladas dirigieron su vista...
más del viejo Búho, jamás volvieron ha tener noticias.

Pero algo misterioso sucedió un día, era luna llena y todos veían
que desde la cima de la montaña, donde  la nieve todo lo cubría,
dos focos de luces, potentes como rayos del Sol de día,
iluminaban el horizonte hacia donde el búho pequeño vivía.

Y así, sin volver ha saber nada del viejo Búho desde su partida
cada día de luna llena, desde la parte de la montaña más arriba,
brillaban aquellos focos durante la noche, en el valle nadie dormía,,
hacía la tierra donde el hijo del búho, marchara un día.

Dicen que es el alma del viejo Búho que en luna llena a su hijo mira,
marcándole el camino desde donde su padre .... el búho .. le mira,
esperando que regrese y así los rayos de luz le sirvan de guía
que allí encontrará a su padre...aunque en vez de cuerpo,encuentre cenizas.