LA BOLITA ROJA QUE SIEMPRE REBOTABA


                 LA BOLITA ROJA QUE SIEMPRE REBOTABA

      Como todos los días, desde hacía una semana, al despertarse el pequeño Rober, escuchaba el ruido que aquella bolita roja hacía rebotando de pared en pared, del suelo al cielo, del Norte al Sur, del Este al Oeste. Escondido en la esquina de la ventana de su habitación y separando un poco las cortinas, la veía rebotar sin parar, mientras su color rojo brillaba en la mañana.. Nadie le creía lo que él veía y escuchaba todos los días. Solo su anciano Abuelo se lo creyó. Fué corriendo a despertarlo antes de que se marchara sin saber a donde de nuevo.
-¡¡¡ Vamos Abuelo que ya empezó a rebotar y su color rojo brilla en la calle.
Y allí estaba saltando de un lado para el otro. El anciano Abuelo, decidió al medio día informar a todos los habitantes de lo que parecía un misterio así como al Señor Alcalde y a la Policía Local del Pueblo. Todos tomaron la decisión de que se ocultarían  hasta que apareciera la dichosa bolita roja, incluso esta vez se unió a la vigilancia los padres adoptivos del pequeño Rober.
      Lo habían adoptado en un lejano País llamado Egipto. Estando de vacaciones, un día se le acercó una joven nativa y se lo ofreció por poco dinero. Era tan bello, que decidieron llevarlo a su casa donde lo cuidarían como un hijo más de la familia. Y otra vez, no más salir el Sol, apareció en el Pueblo la misteriosa bolita roja, revotando de pared en pared hasta acercarse a la casa de Rober. La gente del Pueblo, por orden del Señor Alcalde, se tiró sobre la bolita pero nadie fué capaz de cogerla.
No se sabe como se le ocurrió a Rober, coger un instrumento musical de su hermana Noelia que llamaban LA PANDERETA y comenzar a tocarlo, porque en ese momento la bolita quedó suspendida en el aire sin caer al suelo y eso hizo paralizar a todo el Pueblo.
      Con lágrimas en los ojos, el anciano Abuelo comprendió que había llegado el día del ADIÓS del
pequeño Rober y dirigiéndose al Pueblo les dijo
-Que nadie se mueva ni mueva la cabeza ni los brazos y tu Rober no pares de tocar
Todos vieron como aquella extraña bola pasaba cerca de cada habitante, suspendida en el aire y se acerca a Rober, el cual escuchó la voz de su querido Abuelo;
-Rober- mientras el anciano y sus padres adoptivos lloraban de emoción- no tengas miedo porque
nada malo te pasará. Deja en el suelo despacio la PANDERETA y coge con todas tus fuerzas la bolita roja, pero con mucha fuerza, cierra los ojos y déjate llevar por los Vientos y las Nubes porque tu verdadero Padre te está esperando.
Y como siempre había hecho, obedeciendo a su Abuelo, sujetó con sus manos fuertemente aquella bola y al instante esta comenzó a volar hacía el Firmamento pasando por medio de las Blancas Nubes hasta perderse en el Infinito. En ese momento, el Señor Alcalde exigió al anciano
-Anciano, te exijo que le expliques al Pueblo que es lo que ha pasado con el pequeño Rober que ha desaparecido, de lo contrario te encerraré en los calabozos hasta que allí te mueras.- El pobre Abuelo,
secándose los ojos, les contó
-Todos sabéis que Rober , mi nieto no era hijo de mi hijo. Lo trajeron de un País muy lejano, pero un día leí una noticia Internacional y despues de buscar intensamente en Internet localicé y hablé con el verdadero Padre y Madre de mi nieto, a los cuales, una loca joven había raptado para vender
-¿ Y quienes son sus Padres?
- Sus padres son ,Los Emperadores y dueños de todo Egipto, el cual me dijo que cuando su muerte estuviese cerca, mandaría rastreando por el mundo a La Bola Mágica de su Castillo de Oro y Diamantes para traerlo en mi presencia en cuyo momento ante todo su Pueblo, lo nombraría su Heredero Universal y Nuevo Emperador de Egipto, pero que no me preocupara porque pasado un tiempo, volvería de incógnito por nuestro Pueblo.Y así en silencio, cada uno volvió a su casa, esperando el regreso del Emperador Rober ( pero esta segunda parte .... os la contaré otro día....)


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