El Gato, el Ratón y el... Queso.

El Gato, el Ratón y el... Queso.

Dormía el Gato en la calle, que de la casa el dueño le echara
por no vigilar el queso, que el Ratón antes se tragara
¡¡¡ me las pagarás, rata, me las pagarás mañana ....!!
mientras, el Ratón dormía y el Gato ni se enteraba.

¡¡¡ Entra en casa, Gato holgazán !!! y cumple con tu instinto
y que no vuelva ha robarme el queso esa rata ¿o es tu amigo...?
¡¡¡ hoy quedarás castigado sin comer y en vez de agua...  vino,
a ver si al verte borracho la Rata escapa y el queso es solo mío !!!

¡¡¡ Hoy me las pagarás, por culpa tuya me he muerto de frío
y mi dueño me ha condenado sin comer y con vino tinto,
mientras tú llenas la panza de ese queso tan rico
que el amo me ordenó cuidarlo y tal vez me dé un trocito...!!!

¡¡¡ Buenos días, Sr Gato !!! ¿qué tal ha dormido esta noche...?
yo me he quedado de un tirón roncando y calentito...
pero a estas horas de la mañana mi ombligo tiene frío
o quizás tenga hambre de un buen trozo de quesito...

¡¡¡ Ni se te ocurra, Ratón miserable !!! culpable de mis castigos,
que antes que puedas oler el queso que mi amo tiene escondido,
tendrás que pasar por encima de mi cuerpo... y que no esté vivo,
puedes intentarlo, serás mi alimento mezclado con vino.

¡¡¡ Pero.. Sr Gato, el queso se hizo para las ratas, ratones y ratoncillos...!!!
¡¡¡ también las ratas a los gatos nos gustan crudas o frutos
y sin embargo yo te respeto ¡¡¡ haz tú conmigo lo mismo...
pues por tu culpa... en la calle dormí de castigo...!!!

¡¡¡ No me asuste con sus palabras, sr. Gato, que el hambre ya se me ha ido...
¿Seguro que me está hablando en serio... es verdad todo lo que me ha dicho...?
¡¡¡ Tan verdad es... como que en la calle he dormido por tu castigo...!!!
ni se te ocurra oler el queso... es de mi amo y lo ha prohibido !!!

¡¡¡ Pues, dígame usted, Sr Gato !!! o su amo, ya que es tan listo,
si siendo no puedo comer ese queso tan rico...
¿Qué como...? ¿las hierbas del jardín o las espinas del pescado frito...?
¡¡¡ ay... pobre de mí...!!! que sin queso se me va ha encoger el ombligo...

Hagamos un trato, tú me obedeces y seguiremos siendo amigos,
yo te traeré comida, pero el queso... ni lo toques ni lo huelas con tu hocico
¡¡¡ Me está asustando, Sr. Gato, tan sólo de queso... he comido un trocito...
pues soy un ratón pequeño, ni tan siquiera una palma de mano mido...!!!

No es por lo mucho o poco que de queso hayas comido,
sino  porque es del amo, no es tuyo ni mío...
y a nadie le gusta que le coman, aunque sea un poquito
lo que uno tiene, sin pedirle de favor o rogarle un poquito.

¡¡¡ Lo siento, Sr Gato y hoy una lección he aprendido,
pero quiere decirme que voy a comer sin olfatear el queso... un poquito !!!
te traeré pan fresco mojado en aceite ¡¡¡ que es muy rico...!!!
y si me obedeces... nueces y cacahuetes serán tu premio y yo, tu amigo.

Y desde aquel día vivieron en paz, el Gato durmió bajo abrigo,
el Ratón se fue acostumbrando al pan fresco que su amigo le dijo
y, hasta el dueño del queso se quedó sorprendido
compartiendo con ellos, un buen trozo de queso... sólo los domingos.

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