"FIN DE LA SEMANA DE LOS ABUELOS ..."




"" La Historia de las Cuevas del Nacer en la Roca Negra""

        Las costumbres de los pueblos, con el tiempo se pueden llegar a considerar leyes para sus ciudadanos y aveces pueden ser crueles. Así sucedió en un lejano pueblo de China en el cual, los recién casados debían vivir a las afueras del mismo, en las cuevas del Nacer, escavadas en la ladera de la Roca Negra de la Montaña de Nieve. Solo cuando las futuras mamás sintieran que dentro de su cuerpo, un nuevo ser se movía, podían regresar al pueblo. A los hombres se les permitía estar en él, para comprar alimentos ó utensilios necesarios en sus labores del campo y por las noches debían regresar a las cuevas del Nacer. Solían pasar un máximo de tres lunas hasta que las nuevas mamás, sentían la presencia en su interior de una nueva vida, pero para la señora Lunsy y su marido, el señor Siang-Po este tiempo ya duraba tres décadas. Una extraña leyenda del pueblo decía"  que si una mujer casada, sin tener hijos entraba en el pueblo, los niños padecerían una extraña enfermedad que les causaría la muerte lentamente" y ese temor obligaba a la señora Lunsy a permanecer de por vida, en las cuevas de la Roca Negra. No fue la única mujer que pasó largo tiempo allí, pero era la única que su marido, cansado de esperar, nunca la abandonó. El señor Siang-Po, jamás dejaría ni un solo día a su amada esposa y si ese era su destino, lo compartirían juntos hasta el final de sus días, en donde solo la muerte podría separarles.
      Aquel verano se recordaría por su agobiante calor, mientras que dentro de la cueva, era fresca y agradable. El trabajo en el campo obligaba a comenzar muy temprano, para regresar cuando el Sol calentaba al mediodía. La señora Lunsy, llevaba una temporada confusa. No sabía si padecía alguna enfermedad o si alguna comida le había dañado el estómago porque todas las mañanas al levantarse, después de que su marido se marchara, no paraba de vomitar hasta el mediodía. Nada le había comentado a su esposo para no preocuparle, pero también notaba que su vientre se hinchaba, tal vez por motivos de gases creados por los mismos vómitos. El sr Siang-Po, si se había dado cuenta que su esposa en vez de comer el pan fresco que todos los días traía del pueblo, prefería el pan de tuviese más días.... pero tampoco le dio mayor importancia. Poco a poco, aquel malestar fue aumentando y un extraño presentimiento, penetró en su mente. Era un presentimiento que solo las mujeres sienten..."¿ estaría embarazada ... después de tanto tiempo...?"¡¡¡ eso era una locura el solo pensarlo.. y por nada del mundo se lo diría a su marido...... pensaría que se había vuelto loca....!!!!
pero "algo" le iba confirmando día a día que no era una locura, sino más bien una bella realidad...y por fin al cabo de tantos años, iban a tener un hijo y volverían al pueblo.
Una mañana en que aceptó la seguridad de su embarazo, se propuso que cuando el señor Siang-Po regresara del campo se lo contaría.Pero el cruel destino, les traería una terrible desgracia. Ella permaneció al pie de la entraba soñando los venideros días de felicidad viendo crecer y jugar a su hijo,
como todas las madres..... sin saber que en ese momento, una enorme y asesina Cobra Real cubriría de dolor su vida. Mientras bajaba silenciosa por el tronco de un grueso árbol, el señor Siang-Po, había decidido tomar un leve descanso y sentado en el suelo y la espalda hacía el árbol, no notó la cercanía de la Cobra Real la cual lanzó un terrible mordisco húmedo en su cuello.  Cuando se dio la vuelta, solo pudo ver como unos afilados y asesinos dientes que le volvían a morder en la garganta, callendo desplomado al suelo. En pocos minutos, aquel veneno paralizaba la vida del sr. Siang-Po, mientras su último pensamiento era para su amada esposa.
Pasaron las horas y los nervios se habían apoderado de la débil señora Lunsy....¿como tarda tanto hoy? ¿ le habrá pasado algo o es que a mi, no se me pasa el tiempo esperándolo...? Sentía el deseo de salir de la cueva e ir tras él para darle la bella noticia del futuro niño que esperaba, pero la tradición obligaba a todas las mujeres permanecer en la cueva y no salir hasta que su marido también supiese que iban a ser padres. Ella estaba segura pero ... faltaba él.  Y sentada al borde de la entrada, mirando hacía el valle esperó y esperó infinitas horas, presintiendo que su felicidad sería inferior a la desgracia que pudiera haber pasado.
Al día siguiente, los campesinos del pueblo, encontraron el cuerpo sin vida del señor Siang-Po y no más verlo, comprendieron que una Cobra Real lo había matado. Llamaron a los ancianos del pueblo y estos ordenaron que su cuerpo debería ser llevado a la cueva del Nacer donde su esposa, como no había tenido hijos, permanecería allí, junto al cuerpo de su marido hasta que ella falleciera, momento en el cual los dos serían llevados al pueblo y enterrados en el cementerio popular..
Cuando la señora Lunsy, divisó que un grupo de hombres, transportando algo, se dirigía a su cueva, presintió la terrible desgracia que poco a poco sus ojos iban viendo y su mente comprendiendo. Pero fue al ver el cuerpo de su amado muerto, frente a ella, lo que provocó su desfallecimiento y calló sobre su cuerpo desmayada y destruida de dolor. Los hombres no podían permanecer más tiempo al lado de una mujer que nunca había estado embarazada y decidieron dejarle una nota explicándole todo y como su marido debía permanecer en la cueva hasta que ella muriese.
 Pero la terrible muerte de su marido, caló en el dolor de todo el pueblo. Poco a poco, le gente, comprendió lo injusto de aquella tradición, que alguien dijo ser una maldición sobre las madres que no tuvieran hijos. Poco a poco comprendieron que no era humano dejar a una mujer sola con el cadáver de su marido y así, un día, todo el pueblo decidió romper con aquella horrible maldición: irían a la cueva del Nacer, traerían para el pueblo a la anciana señora  Lunsy y darían respetuoso descanso en el cementerio a su marido. Pero cuando llegaron allí, ya era demasiado tarde. Sobre el suelo permanecía intacto el cadáver del señor Siang-Po y sobre él, el cuerpo de su mujer empapado en sangre de la cintura hacía los pies, pero lo más doloroso fue encontrar, al separarlos y entre los dos cuerpos, el pequeño cuerpo de un bebe recién nacido muerto también. Comprendieron que la señora Lunsy estaba embarazada de mucho tiempo, cuando le llevaron el cuerpo de su marido, y sin él, vivir esperando la muerte no tenía sentido, así que tal vez un parto adelantado, provocó en su soledad la muerte de ella y del bebé. Todo el pueblo lloró de rabia aquellas muertes que se pudieron haber evitado. Juntos ahora, permanecerían los tres hasta más allá de la eternidad. El grupo de ancianos, decidió que en su memoria, los tres cuerpos fueran enterrados en el fondo de la cueva de Nacer, en la ladera de la Roca de Piedra de la Montaña de Nieve y ese lugar  declarado Sagrado para todo el pueblo y forasteros que pasaran y como símbolo de respeto y perdón, una familia cada día, les llevaría flores a la entrada de la cueva.
Y aunque los días pasaban, el pueblo no podía superar aquella tragedia pero a las tres semanas una nueva y terrible desgracia iba a cambiar el destino del pueblo. La contaminación del único manantial bebible del pueblo, provocó en todos los niños un grave envenenamiento, producido por la contaminación de la misteriosa muerte en masa de 100 Cobras Reales, que producían altísimas fiebres y grandes descomposiciones. Se trajeron a los mejores médicos de todos los pueblos, pero el veneno de la Cobra Real era incurable y lentamente se veía como los pequeños caminaban hacía la muerte. Pero coincidió que a los pocos días se celebró la primera Luna en que habían sido enterrados la familia del señor Siang-Po y aquella tarde los habitantes vieron desde el pueblo que una extraña luz o fuego, se encendía y apagaba al fondo de la cueva. Cogieron sus escopetas de caza, pensando que si acaso algún extraño, decidió dormir en aquel sitio sagrado he hizo una hoguera y se dirigieron allí. Tomando posiciones para disparar, el anciano mayor les gritó
-¡¡¡Seáis quienes seáis... salir inmediatamente de la cueva Sagrada o haremos fuego a discreción...!!
Nadie respondió y por segunda vez, el anciano repitió su aviso final....y suave y levemente... parecía que una voz sonaba desde el fondo de la cueva
- ¡¡¡TRAER A TODOS LOS NIÑOS ENFERMOS Y VOSOTROS VOLVER AL DÍA SIGUIENTE .!!..
-¿Habéis oído algo? se preguntaban-Dicen no se quien que llevemos a los niños enfermos ....
¿quien pronunciaba esas palabras con esa dulce voz...?. Los hombres se vieron unos a los otros y comprendieron que debía obedecer y dirigiéndose al pueblo, cada papá, recogió con una manta a su hijo, mientras las madres, asustadas, pero sin decir nada lloraban. Al llegar a la cueva, depositaron los cuerpos de todos los enfermos tapados con sus mantas... cuando volvieron a escuchar la dulce y misteriosa voz
" QUITARLES LAS ROPAS Y LAS MANTAS....porque en verdad os digo que si tenéis Fe......mañana..... jugareis con ellos......"
Y así lo hicieron. Nadie fue capaz de dormir aquella noche en el pueblo mientras una enorme luz constante brillaba en la cueva de Nacer.
Al día siguiente, al salir el Sol, los padres y madres y hermanos corrieron todos hacia la Roca Negra y lo que vieron les partió el corazón de alegría; allí, jugando como locos estaban sus hijos los que horas antes estaban condenados a muerte
-¿ Porque habéis tardado tanto...? dijo un pequeño ¡¡¡¡Elllos ya se fueron....!!!
-¿Ellos....quienes se fueron...?
-¡¡¡El señor Siang-Po, la señora Lunsy y su bebé.... pero nos dieron este mensaje...
-¡¡¡¿ que dice ese mensaje....?
 El mensaje escrito decía """" Yo, Siang-Po, en compañía de mi mujer Lusy y nuestro pequeño hijo, os damos las gracias por vuestras flores y por haber sentido en vuestros corazones, nuestro dolor y por lo tanto, cada luna que cumpla nuestro aniversario, deberéis depositar en la entrada de la cueva a todos los niños enfermos y volver al día siguiente porque nosotros volveremos siempre......
Y así sucedió durante siglos y siglos incluso niños que sus padres no podían traerlos por no tener dinero para el viaje, con tener Fe, fueron curados aquella noche,..... hasta que el Malvado Emperador Chian-chi, ordenó la destrucción de la Montaña de Nieve piedra por piedra.... pero esa es otra historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario