El duende y el grillo.




El duende y el grillo.

Escondido bajo el claro de la luna,
caminaba el Duende de la noche
temeroso de ser vista su calva
que la risa a los demás ojos daba.

A cada paso que avanzaba, vigilaba.
a cada respirar, el aire lentamente lanzaba
y entre las ramas del bosque,
su calva ocultaba.

Sentía las risas que de él se burlaban,
sentía las bromas que los animales le daban,
al ver, con el claro del día
su blanca cabeza, pelada.

Había nacido sin pelo,
ni tan solo un rizo brotaba,
y de él se reían y de él se mofaban,
por eso buscaba la noche, para ocultar su calva.

Mas, aquella noche
la lluvia del cielo brotaba
sin rincón donde ocultarse
y el viento, soplaba y soplaba.

Empapado todo su cuerpo,
mojado calva y espalda,
escuchó la llamada del Grillo
que desde su cueva gritaba.

¡¡¡ Duende..!!! ¿por qué no te abrigas en mi casa...?
que esta noche hace frío...
y el viento y la lluvia,
hasta mañana no pasa...

¡¡¡ No puedo abrigarme...
aunque no me faltan ganas...!!!
que es mi destino andar a la lluvia,
en las noches de los vientos... en el trueno de las mañanas...

¿De qué tonterías hablas?
-dijo el Grillo desde su casa-
¿o es que la mojadura de la noche
te ablandó tu blanca calva...?

¿Ves como te ríes de mi
porque pelo me falta...?
¡¡¡déjame en paz, Grillo burlón
que no entraré en tu casa...!!!

¡¡¡Yo no me río de ti...
ni tampoco de tu calva!!!
sólo te ofrezco cobijo
en el calor de mi casa...

Tal vez seas tan tonto
que en vez de Duende seas patraña,
pues nadie se ríe de ti
porque en vez de pelo tengas, calva.

Cada uno nacemos como el Señor Dios quiso
con pelo y con calva,
que nada cambia a las personas
más que su estupidez y su ignorancia.

¿Hablas en serio, que no sé como te llamas,
me ofreces tu casa aunque, pelo me falta...?
¡¡¡Pues claro, Duende y Felipe me llaman
que no me río de ti...anda, entra en casa...!!!

Y desde aquel día, Duende y Grillo vivieron...
en la misma morada..

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