El Sapo, la Serpiente, el Duende y el Gato.




El Sapo, la Serpiente, el Duende y el Gato.

Cantaba un Sapo al lado del Estanque Sagrado
cuando una Serpiente se acercó para tragarlo,
el Sol calentaba las aguas y el prado,
los pájaros volaban de una rama a un árbol.

El Sapo hinchaba su pecho para endulzar su canto
sin ver que sigilosa, la serpiente se iba acercando
con su lengua oliendo y su veneno preparado
y el sabor de la carne, por su cuerpo pasando.

Sería un bocado aquel Sapo, que seguía cantando
y cerca de allí un Gato los seguía observando,
sin saber que hacer para evitarlo,
la serpiente, a él mismo podía matarlo.

El Sapo cantaba... la Serpiente se seguía acercando
y el Gato pensaba... ¿qué hago... qué hago...?
cuando vio una cuerda al pie del tramo de un árbol,
tal vez así podría evitar la muerte del sapo...

Pero ya era tarde, la Serpiente sobre el Sapo se había lanzado,
levantando su cuerpo... abrió la boca con sus colmillos afilados
por donde el veneno brotaba para clavárselo al Sapo,
y tragar su carne que bajo el Sol... seguía cantando.

El Gato, cerró los ojos sin poder hacer nada para evitarlo,
mas, cuando los abrió pensando que ya lo había tragado...
vio a la Serpiente de pie, inmóvil y su veneno babeando,
mientras el Sapo seguía distraído... pero cantando.

¿Pero qué había pasado... quién a la Serpiente había paralizado....?
y allí, sobre el agua del Estanque Sagrado, el Duende seguía
con las manos levantadas sobre la Serpiente ordenando
no atacar al Sapo, que distraído... seguía cantando.

¡¡¡ Ni se te ocurra, Serpiente, clavar tus colmillos afilados,
en el distraído Sapo, que con su voz, esta mañana me está alegrando...!!!
¡¡¡ tengo hambre, Duende, y mis crías me están esperando...
si no trago al Sapo... de hambre morirán... ¿qué hago... qué hago...?

¿Es que no puedes comer manzanas o un kilo de plátanos...?
¡¡¡ soy una Serpiente... y la carne es mi plato...!!!
¿Y a ti te gustaría que después de comerlo... te devorase el Gato...?
¡¡¡Claro que no, Duende... pero soy una Serpiente con veneno y colmillos afilados.

¿Cómo voy a comer manzanas o un kilo de plátanos...?
¡¡¡ Báñate en las aguas de este Estanque Sagrado...!!!
y nunca más comerás carne, ni tan siquiera de Sapo,
mientras el Gato asustado, la conversación estaba escuchando...

Y bajó la cabeza la Serpiente sobre el agua del Estanque Sagrado,
mas.. cuando sacó sus colmillos... su veneno se había disipado
y de manzanas sintió hambre y hasta de un kilo de plátanos
que el Duende le dio... mientras el Sapo seguía cantando.

¿Puedo yo, siendo un Gato, bañarme en el agua del Estanque Sagrado...?
y así, desde aquel día, todos los animales se fueron bañando,
nunca más carne comieron y como amigos, sobre el Estanque jugaron,
mientras tomando el Sol, el Sapo... seguía cantando.

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