""" El pequeño Gato Blanco sin Rabo ...""""




""" El pequeño Gato Blanco sin Rabo ...""""

    DEDICADO A UNA PEQUEÑA NIÑA LLAMADA GLORIA GIMENEZ COMO REGALO DE REYES MAGOS................................  """ El pequeño Gato Blanco sin rabo ..... """""""""""""""""

    Como cada tarde, el pequeño Gato Blanco, permanecía oculto entre las ramas del árbol, viendo como los demás Gatos jugaban a las carreras, a saltar unos por encima de otros, a buscar ratones y a burlarse de los Perros. Debía permanecer escondido y en silencio, de lo contrario se reirían de él y descargarían sobre él sus burlas pesadas, pero cuando las tardes comenzaban a oscurecer con la llegada de la noche y los Gatos volvían a las casas de sus amos, el Gato Blanco bajaba del árbol y corría jugando, pensando que a su lado estaban todos los Gatos. Al final, agotado y triste, se dormía al pie del tronco de olivo, soñando el día que fuera aceptado por los demás. A veces, la lluvia le impedía dormir y buscaba refugio en algún portal, entristecido al ver como a los otros Gatos, se le permitía dormir al lado de la caliente chimenea. Y todo era porque había nacido sin rabo y eso a los demás gatos les daba asco y presentimiento de que aquel gato Blanco sin Rabo, era una maldición. Tampoco él sabía porque había nacido así y sobre todo donde había nacido, si tendría una familia, de donde venía...., solo recordaba que un día llegó al pueblo de Burxa y allí continuaba despreciado tanto por los Gatos como por los demás ciudadanos y así sus noches se convertían en fríos sentimientos de dolor y soledad llenas de lágrimas. ¡¡¡¡Con lo feliz que seria si los demás Gatos le dejaran jugar ...!!!.
Pero su pequeño cuerpo no soportó la helada de la noche. Titiritaba de frío y hambre y sus huesos se hacían pesados como bloques de cemento. Arrastrándose, fue llamando a cada puerta por si le ponían dar un simple vaso de agua caliente que templara su cuerpo e hiciera bajar su fiebre. Pero nadie tenía compasión de él.
- ¡¡¡Fuera de aquí, Gato sarnoso....!!! le decían en cada casa-ya tenemos bastante con uno que ahora quiere entrar otro ...
Y así casa por casa. Los demás Gatos, que habían escuchado a sus amos, temieron que a ellos también les echarán y reunidos por su jefe, el malvado Gato Negro, decidieron que algo debían hacer.
¡¡¡Sé muy bien lo que debemos hacer.... vamos a buscar a ese maldito gato sin rabo y darle su merecido para que nunca más nos moleste...
-¿ Y cual será su merecido...?- preguntaron asustados---
-Vosotros obedecerme y traérmelo.... que yo haré lo que tenga que hacer...-exclamó satisfecho el Gato Negro.
Unos cuantos fueron a buscar al pobre Gato Blanco que palidecía de fiebre y debilidad ...
-¿ A donde me lleváis...? ¡¡¡no me hagáis daño que soy pequeño....!!!.
-Tranquilo... ven con nosotros y verás como te pasa la fiebre...
-¿Me vais a dar un vaso de agua caliente...? ¡¡¡ tengo tanto frío....!!!
- ¡¡¡Taparle los ojos... será una bonita sorpresa....!!!!
Y así, inocentemente el gato blanco, dejó taparse los ojos, mientras caminaban hacia el puente del río de aguas heladas de la montaña ....
-¡¡¡¡ Ahora .... tirarlo al agua .... y que se muera de una vez ...!!!
Obedecieron sin preguntar y lanzaron al pobre Gatito Blanco, a las frías aguas que bajaban de las montañas y entre risas viendo como su cuerpo se hundía entre aquellas terribles aguas... volvieron felices al pueblo de Burxa.
-Así nunca más nos molestará ni molestará a nuestros amos....
Pero no sabían que el Águila Pescadora, oculta entre una ramas, escuchó toda la conversación y se tiró con todas sus fuerzas ( mientras se alejaban los demás Gatos). Con la velocidad de un rayo, aquella Águila Pescadora, se lanzó al río para sacar aquel helado cuerpo, clavando sus garras en sus hombros y llevándolo a la fría hierba.¿ a donde llevarlo ahora para darle calor....? de lo contrario en pocos minutos, el Gato Blanco no sería más que un tieso cadáver. Recordó que hace unos días el Gran Jefe Simba, había bajado de su cueva de la alta montaña, para pasar el invierno en la Cueva del Valle y seguro que allí, tendría una hoguera caliente encendida. Agarró con fuerza el débil cuerpo del Bato y lo transporto como un rayo, hasta la cueva del Gran Simba
-¿ Que le ha  pasado Águila Pescadora para venir a estas horas de la noche a despertarme...?
-Lo siento Simba pero primero debes curar, si no está muerto ya, a este pobre Gato y luego te lo contaré...Simba lo cogió con cariño pero solo un pequeño hilo de vida tenía. Rápidamente lo acurrucó entre su cuerpo y hacía su pecho..
-Con un poco de suerte puede que aún conserve leche en mis pechos para amamantarlo...
Y así, ese pequeño hilo de vida, al notar la leche caliente de los pechos de Simba, fue lentamente tragándola y al mismo tiempo, quedándose dormido con el calor del cuerpo de Simba y aquella hoguera.
A medida que el Águila Pescadora le iba contando como había visto que los demás Gatos tiraban al río el cuerpo de aquel pequeño Gato Blanco sin Rabo, un odio y una venganza iba creciendo en la mente de Simba. Dejó pasar una semana, hasta ver que el pequeño se había recuperado y una mañana le dijo
-Pequeño Gato Blanco, debo ir al pueblo de Burxa ha realizar " un trabajo..." y no te muevas de la cueva. Nadie se atreverá a entrar porque todos los animales saben que es mi cueva ...
-¿Tardarás mucho... Simba...?
-Creo que pronto vendré...
Y así se dirigió al Pueblo pero en su cara llegaba el mismo rostro de guerra. Debía castigar la maldad de los Gatos y nadie, ni los hombres del Pueblo se lo impedirían. Al llegar a la plaza, vio un Gato Gris y se acercó a él....
-¡¡¡Hola Simb.....!!!
 No le dio tiempo al Gato Gris de acabar el nombre de Simba. Simba le arrancó el rabo, luego lo cogió con sus fuertes colmillos por la garganta.... lo llevó al puente del río de aguas heladas y lo tiró con rabia, mientras veía como su cuerpo se hundía muerto, arrastrado por las olas
-¡¡¡Un Gato menos...!!!- exclamó Simba y volvió a su cueva sin decir nada más
-¡¡¡Ya llegaste Simba... que contento estoy...!!!
-Aún no he terminado "todo" mi trabajo, así que mañana debo volver
Al día siguiente, Simba volvió a dejar al Gato Blanco solo en la cueva y regresó al pueblo de Burxa. Era casi mediodía y los ciudadanos, estaban contentos cada vez que Simba paseaba por el pueblo pues todo el mundo lo quería y respetaba por ser el Rey de todos los animales, pero aquella vez, la cara de Simba empezó ha asustarlos, y allí, en la plaza del pueblo, tomando el sol, estaba el Gato Negro. Simba se acercó a él y este le saludó
-¡¡Hola gran Jef.....- no pudo decirle más, porque Simba se lanzó a por él y de un mordisco le arrancó el rabo para rápidamente de otro mordisco en la garganta arrancarle la cabeza del cuerpo. Los ciudadanos que vieron aquello temblaron de terror, mientras Simba, a patadas, llevaba el cuerpo y la cabeza del Gato Negro hacía el puente del río, donde los arrojó a las corriente heladas. Mientras los hombres del Pueblo, avisaron al Alcalde explicándole lo  que había hecho Simba. Este se acercó a Simba y le dijo...
-Simba que estas haciendo ....? me dijeron que has matado al Jefe de los Gatos, el Gato Negro.... porque....?
-¡¡¡Y cada día, bajaré al pueblo y de castigo...mataré un Gato hasta que se mueran todos....!!!
-¿Porque Simba.... que te han hecho.... debemos saberlo....? La gente y los niños están asustados
Y Simba entre lágrimas les contó lo que habían hecho los Gatos con aquel pequeño Gato Blanco, simplemente porque había nacido sin rabo
-Sr. Alcalde...yo, Simba soy el Rey de los Animales del bosque y esta es mi Ley y sentencia, Cada día mataré a un Gato, hasta que mate a todos
-Simba... comprendo que es terrible lo que han hecho pero...
-¡¡¡Ni una sola palabra Sr. Alcalde... es mi castigo y yo lo voy ha cumplir
Y mientras volvía a su cueva, el Alcalde y los ciudadanos siguieron reunidos y tristes por la salvajada que habían hecho los Gatos, matando al pequeño Gato Blanco por no tener rabo. Cuando Simba llegó a su cueva, el Gato Blanco le preguntó
-¿Mañana .... también vas ha ir al pueblo...?
-Si- respondió Simba mientras el Gato callado, pensó en que él se haría el dormido e iría a ver cual era ese "trabajo de Simba". Y así fue, a la mañana siguiente. Simba, creyendo que el Gato Blanco dormía, se dirigió al Pueblo para cumplir su sentencia pero esta vez estaban todos los ciudadanos despiertos y todos los Gatos atados a una cuerda. Ellos sabían que iban a morir en la boca de Simba pero entendieron que era justo su castigo porque se habían portado mal con el Gato sin Rabo. Cuando Simba llegó junto a los Gatos, escogió uno y se lanzó sobre su rabo, pero una voz, un grito sonó en el aire
-¡¡¡Quieto... Simba....no les hagas daño a  los Gatos....?- Era el pequeño Gato Blanco, que había venido siguiendo los pasos de Simba...
-¡¡¡Ellos intentaron matarte y deben pagar con su vida... es la Ley de los animales ......
-Pero yo los perdono Simba porque veo que están arrepentidos y así... tal vez quieran jugar conmigo y yo pueda ser su amigo..
Aquellas palabras hicieron llorar a todos los ciudadanos
-Ahora Simba comprenderán que no se puede rechazar a ningún Gato o Niño, porque sea ciego, cojo o un poquito deficiente... porque aunque yo no tenga rabo...soy bueno... y los juegos son para todos los niños sobre todo para los que más dificultades tengan....¿Puedo ser vuestro amigo...?-preguntó el Gato Blanco a los demás Gatos
-¡¡¡Claro que si....!!!! y mientras el Alcalde soltaba a todos los Gatos,  los habitantes del Pueblo de Burxa también comprendieron que no se habían portado bien con él y desde aquel día, todos los Gatos jugaron felices y juntos y el pequeño Gato Blanco sin Rabo cada día comía en una casa como invitado de honor, menos los sábados y domingos que el pequeño Gato los pasaba con Simba y el Águila Pescadora jugando en su Cueva.

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